sábado, 3 de enero de 2015

MADRE DE DIOS, MADRE DE LA IGLESIA

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Según afirma el Cardenal Re, que era entonces asesor de la Secretaría de Estado: “Cuando Juan Pablo II regresó al Vaticano tras su primera hospitalización en el políclínico Gemelli, los responsables del Gobernatorato evaluaron la posibilidad de colocar un signo visible en la plaza de San Pedro, en el lugar donde el papa recibió el disparo, para recordar una página dolorosa de la historia de la Iglesia pero también para testimoniar un signo de protección celestial”.
Juan Pablo II expresó inmediatamente su intención: “en recuerdo del atentado, deseó que se colocara una imagen de la Virgen en un lugar bien visible”.
“Estaba convencido de que la Virgen María lo había protegido –añade el cardenal Re-. No tenía, pues, mejor manera de recordar ese 13 de mayo”.
 
Fue el mismo cardenal Re el encargado de trabajar en este proyecto con el presidente de la Comisión permanente para la protección de los monumentos históricos y artísticos de la Santa Sede, monseñor Giovanni Fallani, y con el director de los Museos del Vaticano, Carlo Pietrangeli.
Monseñor Fallani encontró una solución: colocar el mosaico en una ventana que ya existía, una propuesta que les pareció a todos “viable”, dado “un complejo arquitectónico que muchos han considerado intocable”.
“Pero sobre todo el proyecto complació al papa, que nos exhortó a seguir adelante”, prosigue el purpurado.
Después llegó la elección del mosaico: “Juan Pablo II hizo saber que le gustaría mucho una representación de la Virgen como Madre de la Iglesia” porque la Virgen “siempre ha estado unida a la Iglesia” y “especialmente cercana en los momentos difíciles de su historia”.
Juan Pablo II dijo que “estaba personalmente convencido de que el 13 de mayo, la Virgen María había estado presente en la plaza de San Pedro para salvar la vida del papa”.
La representación de una Virgen con el Niño situada en la Basílica de San Pedro y titulada Mater Ecclesiae sirvió de modelo para este mosaico.
 
Se hicieron, sin embargo “algunos retoques” en la representación del Niño Jesús, así como en el color, “para que fuera más visible a larga distancia”.
 
El 8 de diciembre de 1981, fiesta de la Inmaculada Concepción, Juan Pablo II “antes de recitar el Ángelus, bendijo la imagen mariana, signo de protección celestial al soberano pontífice, a la Iglesia y a quien se encuentre en la plaza de San Pedro”.
Y el cardenal Re concluye: “Después, en el pavimento de la plaza, una placa de mármol con el escudo del papa” se colocó en el “lugar preciso” donde fue alcanzado por la bala.
 
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Santa María, Madre de Dios,
Madre de la Iglesia:
 
Ruega por nosotros siempre y en especial durante todo el año 2015.
 
 
 
 
Siento mucho no haber podido felicitaros el Nuevo Año a su tiempo, os ruego me perdonéis, me ha sido imposible, hoy lo supliré con el Santo Rosario Bloguero de todos los sábados .
 
De todo corazón:
 
¡¡¡Feliz y Santo Año!!!
para todos y cada uno,
no olvidéis que si no es Santo
nunca podrá ser Feliz
 

2 comentarios:

Rosa dijo...

No conocía este relato, me ha encantado.

El vídeo no se puede ver, parece que el enlace no funciona.

Tienes razón, si no es santo, no puede ser feliz.

Feliz y santo día del Rosario bloguero; hoy, he sentido una calma y un sosiego maravillosos.

Besiños, mi querida Militos.

Angelo dijo...

Gracias por la felicitación a través del Santo Rosario. Me encantó esa imagen desde el primer día que la vi en la plaza de San Pedro. Gracias por compartir su historia. Un fuerte abrazo

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