Como estoy en el Mar, bastante relajada y las "Europeas" nos han dejado agotados, necesitamos algo de humor, por eso hoy os traigo a un Arcendo, sorprendente, algo descarado, "friki" como él se decía así mismo en ocasiones, pero siempre con esa chispa suya que iba más allá de lo aparente, derechito a la diana. Yo solía reñirle medio en broma, pero he de reconocer que me hacía mucha gracia.
Espero que no os escandalice el post que elegí de nuestro añorado Capitán. Después de todo la riqueza de nuestra lengua es incomparable, lástima que no todos los españoles piensen así.
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Ahora que, casi estamos a tiro de piedra de los exámenes estudiantiles, a uno que es muy responsable con los hijos, se toma muy en serio eso de repasar una y otra vez los temas que antaño me daban tanta lata.
Confieso que siempre fui de letras, eso de los números para mí, siempre fue una tortura; así que también he de confesar que cuando toca repaso de mates, procuro escaquearme dejando a mi santa mujer la ardua labor de cuentas y problemas; yo me quedo con la historia, la lengua y la literatura; ¡que le vamos a hacer!, uno siempre tiene sus debilidades.
.Pues bien, el otro día repasando con el pequeño eso de las palabras compuestas, las homófonas, las sinónimas y las derivadas, me dí cuenta una vez más, del gran tesoro de nuestra maravillosa lengua castellana, y permitanme ustedes que les diga, que me puse a divagar sobre una palabra común para algunos, ordinaria para otros…, pero tremendamente usada y conocida. Porque, no me negaran que un ejemplo inigualable de la riqueza de nuestro maravilloso lenguaje es el número de acepciones de una simple palabra que hace referencia, nada menos que, a los atributos masculinos: "los cojones".
Confieso que siempre fui de letras, eso de los números para mí, siempre fue una tortura; así que también he de confesar que cuando toca repaso de mates, procuro escaquearme dejando a mi santa mujer la ardua labor de cuentas y problemas; yo me quedo con la historia, la lengua y la literatura; ¡que le vamos a hacer!, uno siempre tiene sus debilidades.
.Pues bien, el otro día repasando con el pequeño eso de las palabras compuestas, las homófonas, las sinónimas y las derivadas, me dí cuenta una vez más, del gran tesoro de nuestra maravillosa lengua castellana, y permitanme ustedes que les diga, que me puse a divagar sobre una palabra común para algunos, ordinaria para otros…, pero tremendamente usada y conocida. Porque, no me negaran que un ejemplo inigualable de la riqueza de nuestro maravilloso lenguaje es el número de acepciones de una simple palabra que hace referencia, nada menos que, a los atributos masculinos: "los cojones".
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Es curioso observar, que si va acompañado de un numeral, tiene significados distintos, según el número utilizado.
Así, "uno" significa caro o costoso (valía un cojón),
"Dos" significa valentía (tiene dos cojones),.
"Tres" significa desprecio (me importa tres cojones).
Y un número muy grande y par significa dificultad (lograrlo me costó mil pares de cojones).
Así, "uno" significa caro o costoso (valía un cojón),
"Dos" significa valentía (tiene dos cojones),.
"Tres" significa desprecio (me importa tres cojones).
Y un número muy grande y par significa dificultad (lograrlo me costó mil pares de cojones).
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El verbo también cambia el significado sustancialmente:
"Tener" indica valentía (aquella persona tiene cojones), aunque en admiración puede significar sorpresa (¡tiene cojones!),
"Poner" expresa un reto, especialmente si se pone en algunos lugares (puso los cojones encima de la mesa),
"Tocar" indica paciencia (¡no me toques los cojones¡).
"Tener" indica valentía (aquella persona tiene cojones), aunque en admiración puede significar sorpresa (¡tiene cojones!),
"Poner" expresa un reto, especialmente si se pone en algunos lugares (puso los cojones encima de la mesa),
"Tocar" indica paciencia (¡no me toques los cojones¡).
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El tiempo utilizado TAMBIÉN cambia el significado:
El tiempo presente indica molestia o hastío (me toca los cojones).
El reflexivo significa vagancia (se toca los cojones).
Y el imperativo significa sorpresa (¡tócate los cojones!).
El tiempo presente indica molestia o hastío (me toca los cojones).
El reflexivo significa vagancia (se toca los cojones).
Y el imperativo significa sorpresa (¡tócate los cojones!).
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Los prefijos o sufijos modulan su significado:
"a-" expresa miedo (acojonado).
"Des-" significa risa (descojonado).
"-Udo" indica perfección (cojonudo).
Y "-azo" se refiere a la indolencia o abulia (cojonazos).
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Las preposiciones matizan la expresión:
"De" significa éxito (me salió de cojones) o cantidad (hacía un frío de cojones).
"Hasta" expresa el limite de aguante (estoy hasta los cojones).
"De" significa éxito (me salió de cojones) o cantidad (hacía un frío de cojones).
"Hasta" expresa el limite de aguante (estoy hasta los cojones).
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También es importante el tamaño y la posición (tiene dos cojones grandes y bien plantados); sin embargo hay un tamaño máximo (tiene los cojones como el caballo de Espartero) que no puede superarse, porque indica lo máxima.
Así mismo, la interjección ¡cojones! significa sorpresa, y cuando uno se halla perplejo los solicita, como Trillo en una ocasión, (¡manda cojones!)
.En resumen, será difícil encontrar una palabra en castellano o en otros idiomas con mayor número de acepciones.
Además no me negaran que es sin duda una palabra ideal para describir los distintos acontecimientos con los que sin duda nos tiene acostumbrados este desgobierno:
Además no me negaran que es sin duda una palabra ideal para describir los distintos acontecimientos con los que sin duda nos tiene acostumbrados este desgobierno:
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- Se nos ponen de corbata cada vez que oímos a la Aido.
- Nos los toca, cada vez que habla Pepiño.
- No nos sale de los mismos, seguir aguantando a Rubalcaba
- En definitiva estamos hasta los cojones del talante de este desgobierno y de su presidente, que distan mucho de ser…cojonudos.
- Se nos ponen de corbata cada vez que oímos a la Aido.
- Nos los toca, cada vez que habla Pepiño.
- No nos sale de los mismos, seguir aguantando a Rubalcaba
- En definitiva estamos hasta los cojones del talante de este desgobierno y de su presidente, que distan mucho de ser…cojonudos.
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Hasta aquí, mi peculiar reflexión, la que me obliga a pedir perdón a mi inteligente y educada parroquia por tanto desatino lingüístico, pero hoy la cosa me salió así, entre humorística y cabreada…, mañana seré más bueno…
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Siento no poder traeros los videos correspondientes, pero YouTube no me deja verlos, a lo mejor si vais al post original, vosotros si podéis abrirlos
2 comentarios:
Está muy bien, buenísimo, hay qué ver cuánto da de sí nuestra lengua; es muy simpático, con mucha chispa, tiene chispa con todo.
Me alegro de que estés descansando, y que sigas con nosotros...
Un beso grande, querida Militos.
Por lo menos, sobre los acontecimientos actuales podemos ya eliminar algún comentario.
A Rubalcaba ya no lo tenemos que aguantar.
Aunque, en realidad, lo siento, era muy bueno perdiendo votos.
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