viernes, 1 de febrero de 2008

PROCLAMA

Este dibujo es propiedad de un antiguo periódico ya cerrado




A lo mejor resulto un poco machacona con la encíclica papal sobre la Esperanza pero hoy he leído, muy despacio, un fragmento de la misma que me ha hecho reflexionar. Sobre todo por este momento político que, ya en vísperas, nadie sabe como se va a resolver. Y además porque vengo observando entre los blogeros (todavía no estoy segura si somos blogueros o blogeros, por favor, corregidme) un cierto desánimo que me entristece. En algunos porque otros...:¡ plena efervescencia!. Es verdad que ante la proximidad de todo gran acontecimiento el ánimo se sobrecoge y con mucho más motivo si se trata de algo tan sublime como el "ADIOZ". Sea cual sea el resultado espero que nadie piense que ahí termina su trabajo. Todo lo contrario, el mundo que nos rodea no se realiza sólo económica o políticamente, hay "más allá". Nos hemos metido en este verengenal de los blogs para transmitir (a no se sabe quién) todo aquello que a cada uno le "toca" más de cerca, sea política, economía, social, intelectual,artístico, familiar, espíritual..., o simplemente mundano, porque no "somos del mundo pero estamos en el mundo".

Y para dejar la charla, y pasaros a este retazo de sabiduría de Benedicto XVI, termino con: ¡Oye!... que, aunque el resultado del 9-M, sea favorable para nosotros, nunca podremos decir: ¡Misión cumplida!. A los nuestros también hay que vigilar, para conseguir que no sólo no se aparten de los parámetros por los cuales fueron votados sino también que los mejoren.
Y que conste que no digo a quién voy a votar.


Por favor leed lo que sigue que no es comparable con mis divagaciones.


PUNTO 35 DE SPE SALVI:


EL ACTUAR Y EL SUFRIR COMO LUGARES DE APRENDIZAJE DE LA ESPERANZA


Toda actuación seria y recta del hombre es esperanza en acto. Lo es ante todo en el sentido de que así tratamos de llevar adelente nuestras esperamzas más grandes o más pequeñas, solucionar éste o aquel otro cometido importante para el porvenir de nuestra vida: colaborar con nuestro esfuerzo para que el mundo llegue a ser un poco más luminoso y humano, y se abran así también las puertas hacia el futuro. Pero el esfuerzo cotidiano por continuar nuestra vida y por el futuro de todos nos cansa o se convierte en fanatismo, si no está iluminado por la luz de aquella esperanza más grande que no puede ser destruida ni siquiera por frustraciones en lo pequeño o por el fracaso en los acontecimientos de importancia histórica. Si no podemos esperar más de lo que es efectivamente posible en cada momento y de lo que podemos esperar que las autoridades políticas y económicas nos ofrezcan, nuestra vida se ve abocada muy pronto a quedar sin esperanza, Es importante sin embargo saber que yo todavía puedo esperar, aunque aparentemente ya no tenga más que esperar para mi vida o para el momento histórico que estoy viviendo. Sólo la gran esperanza-certeza de que, a pesar de todas las frustaciones, mi vida personal y la historia en su conjunto estan custodiadas por el poder indestructible del Amor y que, gracias al cual tienen para él sentido e importancia, sólo una esperanza así puede en ese caso dar todavía ánimo para actuar y continuar. Ciertamente no podemos "construir" el Reino de Dios con nuestra fuerzas, lo que construimos es siempre reino del hombre con todos los límites propios de la naturaleza humana. El Reino de Dios es un don y precisamente por eso es grande y hermoso. Y no podemos -por utilizar la terminología clásica- "merecer" el cielo con nuestras obras. Este es siempre más de lo que merecemos, del mismo modo que ser amados nunca es algo "merecido" sino siempre un don.

(...) Nuestro obrar no es indiferente ante Dios y, por tanto, tampoco es indiferente para el desarrollo de la historia. Podemos abrirnos nosotros mismos y abrir el mundo para que entre Dios: la verdad, el amor y el bien. Es lo que han hecho los santos como "colaboradores de Dios", han contribuido a la salvación del mundo (cf I Cor,3,9 ITs 3,2). Podemos liberar nuestra vida y el mundo de las intoxicaciones y contaminaciones que podrían destruir el presente y el futuro. Podemos descubrir y tener limpias las fuentes de la creación que nos precede como don, hacer lo que es justo, teniendo en cuenta sus propias exigencias y su finalidad. Eso sigue teniendo sentido aunque en apariencia no tengamos éxito o nos veamos impotentes ante la superioridad de fuerzas hostiles. Así, por un lado, de nuestro obrar brota esperanza para nosotros y para los demas; pero al mismo tiempo, lo que nos da ánimos y orienta nuestra actividad, tanto en los momentos buenos como en los malos, es la gran esperanza fundada en las promesas de Dios.

4 comentarios:

Oscár dijo...

la esperanza por el actuar, por supuesto, sin condiciones sinó en condiciones, adversas incluso ¿como creerán sinó?.

Caballero ZP dijo...

Yo soy de los que pensaba en echar a Zapatero fuera y ya está, ahora me doy cuenta que debemos seguir con nuestro trabajo aportando ese pequeño granito de arena. Muy buena entrada.
Saludos.

Anónimo dijo...

Leyendo sus entradas, tengo la impresión de que Vd. "no está en este mundo".
Casi todo lo que se lee, ve u oye por ahí son insulseces, necedades, mala uva, etc.
No se lleva la reflexión, la meditación, el buscar ser mejores para nosotros mismos y para ejemplo de los demás.
Hoy día lo "espiritual" está mal visto, incluso se desprecia.
Animo y siga su camino.
A lo mejor a alguien se le pega algo.
Gracias.

Militos dijo...

Oscar: Y tú que lo digas.

Caballerozp: Sólo que tendrás que cambiarte el nombre. ¿No?

Asperilla: Me da alegría volver a verte. Claro que estoy en este mundo aunque sólo sea por los diez hijos, con sus propias vidas y sus propias historias.

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