EN ROMA

El Domingo de Ramos es una celebración festiva por demás, como corresponde al recuerdo de la entrada triunfal de Jesucristo en Jerusalén. Pero además, si la contemplas en Roma, aunque sea por televisión, con la Plaza de San Pedro a rebosar de jóvenes que acuden para celebrar con el Papa esas jornadas universitarias de cristianos convencidos, el alma experimenta la expansión que necesita para anular en cierto modo, las heridas que nos ocasionan la mayoría de los aconteceres de cada día que nos asaltan desde los medios de comunicación y que enervan la sensibilidad más encallecida.

El Santo Padre habló de sacrificio y la necesidad de sacrificarse para tener una vida plena: "No hay vida exitosa sin sacrificio" También añadió:
"Si echo la vista atrás sobre mi vida personal, debo decir que justamente los momentos que he dicho sí a una renuncia, han sido grandes e importantes en mi vida"


Al finalizar la Santa Misa, oficiada de manera conjunta por varios cardenales, entre ellos Monseñor Rouco Varela, con su Santidad Benedicto XVI, el Papa rezó el Angelus como de costumbre y sus palabras se refirieron a dos de los problemas más tristes del mundo actual:
La necesidad de que todos los paises firmen un tratado de la ONU contra las minas antipersonas que tantas victimas han producido. Y sobre todo dedicó su discurso a que Europa no se resigne a contemplar con indiferencia, la tragedia de los inmigrantes que mueren o mal llegan a las costas europeas desde sus paises. Pide el Santo Padre una estrategia coordinada entre la Unión Europea y los Estados Africanos.



la ceremonia finalizó con la entrega a los jóvenes españoles de la Cruz de la juventud portada por los australianos de Sidney, donde se realizó la última Jornada Mundial de la Juventud.

Esta Cruz, de casi cuatro metros de altura fue entregada en 1984 por Juan Pablo II a los jóvenes de Roma, al terminar el Año Santo de la Redención.

El padre Eric Jackinel, dijo a los jóvenes que la entrega de la Cruz era la entrega de un testigo entre los jóvenes del mundo que pone como referencia de nuestro camino, la cruda realidad de la cruz y la esperanza de la Resurrección.

Los jóvenes fueron pasándola de manos como un auténtico testigo y la Cruz, que ya ha recorrido el mundo, llegará a Madrid el 19 de Abril, y será traslada en procesión hasta la Catedral de la Almudena. Peregrinando más tarde por toda la geografía española y Portugal a hombros de la juventud.



Junto con la Cruz se les entregó una copia del icono de la Virgen "Salus Populi Romani", imagen que se encuentra en la iglesia de Santa María la Mayor. Es este un símbolo mariano que no podís estar ausente de la Cruz de Cristo.
A Roma acudieron más de siete mil jóvenes españoles, lo que supone un halo de esperanza para todos nosotros que tantas veces nos dejamos llevar y juzgamos a la juventud en general con pesimismo.

La próxima Jornada Mundial de la Juventud, se celebrará en Madrid, con la asistencia de Benedicto XVI, en el año 2011.

En palabras del Santo Padre:

"La Cruz supone la renuncia a sí mismo".

Sin duda toda renuncia es costosa, pero cuando de alguna manera se nos pide, el abrazarla confiando en la Santa Voluntad de nuestro Padre Dios, es el único camino a la felicidad auténtica.